Una
persona puede utilizar su mente cuando trabaja en algo material; ahí
la razón constituye una gran herramienta. Sin embargo, la misma
persona puede dejar de lado la mente cuando se dirige hacia su lugar
de meditación y se encamina a la no-mente. Porque la mente no eres
tú; es simplemente un instrumento como mi mano, como mis piernas. Si
quiero andar, usaré las piernas; si no quiero andar, no usaré las
piernas.
De la misma manera puedes usar tu mente de forma lógica si
estás tratando de saber algo sobre lo material. Es absolutamente
correcto, es adecuado. En cambio, cuando te muevas hacia el interior,
déjala a un lado. Ahí no te hacen falta las piernas; no te hace
falta el pensamiento.
Entonces lo que necesitas es un profundo y
silencioso estado de no-pensamiento. Y estas dos cosas le pueden
ocurrir a una misma persona; cuando digo esto, lo digo desde mi
propia experiencia. Yo he estado practicando ambas cosas.
Cuando es
necesario, puedo ser tan racional como los griegos. Cuando no es
necesario, puedo ser tan absurdo, tan irracional como cualquier
hindú. Así que, cuando hablo de esto, sé bien de qué estoy
hablando; no es una hipótesis. Lo he experimentado de esa manera.
Se puede utilizar la mente y se puede dejar de lado. Es una
herramienta, una maravillosa herramienta; no hay por qué
obsesionarse con ella. No hay por qué tener fijación, obstinarse
con ella. De esa manera se convierte en una enfermedad.
Imagínate
por un momento a un hombre que se quiere sentar, pero que no puede,
porque dice: «Tengo piernas, ¡cómo voy a sentarme!». O imaginate
a un hombre que quiere estar tranquilo y en silencio y no puede
hacerlo porque piensa: «Tengo mente». Es lo mismo.
Uno debería
adquirir la capacidad de dejar a un lado y apagar un elemento tan
próximo como la mente. Esto es algo que se puede hacer; que se ha
hecho, pero no se ha hecho a gran escala. Sin embargo, se hará cada
vez más; es lo que estoy tratando de hacer aquí con vosotros.
Os
hablo, trato los problemas con vosotros; todo esto es racional, eso
es utilizar la mente. Después os digo: «Abandonad la mente y
sumergiros en una profunda meditación. Si bailáis, hacedlo de forma
tan intensa que no quede ni un pensamiento en vuestro interior, que
toda vuestra energía se convierta en danza. O cuando cantéis,
entonces únicamente cantad. O cuando os sentéis, entonces
únicamente estad, sentados; permaneced en zazen, no hagáis nada
más. No permitáis que ningún pensamiento os distraiga. Simplemente
estad tranquilos, absolutamente tranquilos». Estas son cosas
contradictorias.
Medita y entra en lo profundo de tu mente . Haz click en la imagen
Guía para la meditación, escrita por un tipo normal: Aprende a meditar fácilmente, sin religión, relleno o cosas hippies (Guías de un tipo normal)
Gracias por compartir
Del
libro Osho, Amor , Libertad, Soledad
Comentarios