Lo Semejante Atrae lo Semejante




Hay una ley mental que es enunciada así: lo semejante atrae lo semejante, o, en otras palabras, lo igual 
atrae lo igual.

Esto quiere decir que el pensamiento atrae la realidad de su contenido.

 A partir de esta verdad, usted se estará dando cuenta de que los pensamientos de fracaso atraen el fracaso, pensamientos de éxito atraen el éxito, pensamientos de amor atraen el amor, pensamientos de celos atraen el contenido del celo, pensamientos de alegría atraen la alegría, pensamientos de tristeza atraen la tristeza, y así
sucesivamente.



El pensamiento es una realidad mental que atrae a la realidad física. 


Hace ya miles de años el profeta David, padre del sabio Salomón, afirmaba: "abyssus abyssum invocat", o
sea, el abismo atrae al abismo. 

Sus pensamientos, por tanto, hacen su vida. Su vida es la materialización, o la expresión de sus
pensamientos constantes. Y el futuro será la cosecha de los pensamientos sembrados hoy en la mente.

Usted, pues, está determinando ahora lo que será más tarde. Todo efecto tiene su causa, como enseñaba el
gran sabio Jesucristo: "Todo árbol bueno da buenos frutos, todo árbol malo da malos frutos".

 Es la Ley de   la naturaleza que coincide con la Ley de la mente:

 cada uno recoge lo que siembra. 

No existe el acaso, la mala suerte ni el azar; es la suma de sus pensamientos diarios la que lo lleva a tales
resultados.










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EL PODER INFINITO DE SU MENTE
Lauro Trevisan

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