.
Actitud,
actitud, actitud. Como
casi todo en la vida, la autoestima es también una cuestión de
actitud, por lo que podemos decantarnos por llevar hacia arriba
nuestra autoestima o dejar que se hunda irremisiblemente. La decisión
es tuya, elige bien.
2. Conócete a ti misma y, luego, acéptate. Hay que aceptarse para poder afrontar nuestros propios defectos y dificultades en vez de negarlos, dejándose destruir por ellos. Si dejamos de fortalecer las defensas destructivas, podremos utilizar las herramientas que poseemos para sacar lo mejor de nosotros y de las oportunidades que nos brinda la vida.
2. Conócete a ti misma y, luego, acéptate. Hay que aceptarse para poder afrontar nuestros propios defectos y dificultades en vez de negarlos, dejándose destruir por ellos. Si dejamos de fortalecer las defensas destructivas, podremos utilizar las herramientas que poseemos para sacar lo mejor de nosotros y de las oportunidades que nos brinda la vida.
AQUI CUANDO NO HAY VISION LA GENTE PERECE |
3. Destierra cualquier término peyorativo hacia ti misma. Escúchate hablar sobre ti y observa tus propios pensamientos ¿es así como hablarías a una amiga? Peor aún ¿hablarías así a alguien que te cayera muy mal? Probablemente nunca hablarías a nadie con la dureza con la que te hablas a ti misma. Toma conciencia de ello y empieza a tratarte con más dulzura y comprensión.
4. Recuerda que... ¡Tú sí que vales! Es tan importante conocer en qué fallamos como ser conscientes de nuestros puntos fuertes. No sólo para potenciarlos, sino para fortalecer la confianza en nuestros propios recursos internos a la hora de encarar cualquier situación.
5. Reconoce tus propios éxitos. ¿Cuántas veces al día le das vueltas a una equivocación o una metedura de pata? ¿Y a algo que has hecho bien? Deja de castigarte sin límite por lo que haces mal y empieza a reconocer las cosas que sí haces bien.
6. No te compares. Eres única, tu cuerpo es único, tu vida y tu camino son únicos. Compararte con otras personas sólo va a crear inseguridad y un falso sentido de competitividad hacia la vida. No tienes nada que demostrar ni nadie a quien superar salvo a ti misma. Si te consideras suficientemente justa, compárate sólo con la mujer que eras ayer.
7. Lleva un diario. Haz la prueba, ponte como meta llevar un diario sólo por una semana en el que escribas cada noche al menos dos cosas que hayas hecho bien, algún cumplido que hayas recibido o algún aspecto de ti con el que te hayas sentido especialmente a gusto. Al final de esa semana no te mirarás al espejo con los mismos ojos, puedes estar segura.
8. Dime algo bonito… y que sea de verdad. Utiliza tu lenguaje interno, tus pensamientos, para reforzar y fomentar tu autoconcepto. Cuando te encuentres pensando algo negativo sobre ti misma, invierte la frase y repítela unas cuantas veces. Escúchate a ti misma decir, varias veces al día, lo guapa, lista, hábil, divertida, etc. que eres.
9. Móntate tu película. Imagínate que una productora de Hollywood quiere rodar una película de tu vida y, por supuesto, tú eres la protagonista. Piensa en cómo sería el guión, cuáles serían los hitos principales del mismo y qué sería lo más destacable de la protagonista, de ti ¿qué título le pondrías?
10. No te olvides de sonreír. Los músculos que utilizamos para sonreír están conectados con nuestro sistema nervioso central y, cada que vez que sonreímos, liberamos una hormona (la beta-endorfina) que lleva a la mente el mensaje de que todo está bien. Sonríe mucho y hazle saber a tu cerebro y tu corazón que todo está bien, incluida y sobre todo, tú.
Fuente:
http://mujerhoy.com
Comentarios